Yo y la inmensidad del desierto. |
Cenamos en una de las Jaimas preparadas para la ocasión.
Pensaba que seríamos los únicos, pero después descubrí que todo esto era más grande de lo que pensaba.
Llegó un segundo grupo para pasar la noche, algunos vinieron en camello y otros en un 4X4.
Amanecer en el Desierto, alguien me hizo esta foto |
Mientras los Bereberes que nos atendían estaban preparando la cena, yo me dediqué a pasear por el desierto.
La primera sensación es como caminar por la Playa de los Arenales del Sol, subía una duna, la bajaba, volvía a subir otra......, poco a poco la noche se acercaba y una espléndida luna llena, comenzó a salir.
Había mucha gente dando vueltas, creo que buscando un poco la soledad del momento.
Regresé al campamento.
Hacía fresco, era de noche y estábamos en invierno.
Eso de que en el desierto solo hace calor, no es cierto, ¡hacía frío!.
Llegué a la cumbre |
Después de cenar, nos dirigimos al fuego, algunos de los componentes de nuestro grupo comenzaron a tocar la guitarra, los timbales, cantar.
Las horas pasaban y aunque era de noche, se podía ver a muchos kilómetros de distancia.
El grupo tenía previsto levantarse temprano para ver amanecer.
Entré en la Jaima, en la oscuridad encontré las mantas ; María José hacía rato que estaba durmiendo.
Mientras intentaba conciliar el sueño llegó Ariatne y Rosa, que eran nuestras vecinas.
Dormí bien y no pasé nada de frío.
Nuestro campamento se ve abajo. |
Alguien llamó al Grupo, es la hora, poco a poco fuimos saliendo.
Llegó la primera cuesta, aunque caminaba por el vértice de la duna, la arena se movía y hacía que subir fuera muy complicado.
Todo el grupo caminaba rápido, nosotros a nuestro ritmo, aún teníamos mucho tiempo para llegar al final.
El sol salía poco a poco y, la luna se marchaba.
Los dos astros estaban uno frente a otro.
Ese momento mágico se marchó.
La gente que se había quedado en las Jaimas , comenzó a levantarse, los Bereberes, nos llamaban, era el momento de volver al Hotel.
Decidí bajar la duna saltando y rodando.
Fue muy divertido.
De regreso al Hotel |
Al llegar al hotel, lo primero el desayuno, ¡Que buenas están las tortitas!.
Después una gratificante ducha.....¡Qué bien sienta la ducha!.
Aunque estaba cansado, hoy teníamos más actividades programadas.
Saldríamos en 4X4, para subir y bajar dunas.
Está bien, pero no es lo mismo conducir y recibir esas sensaciones que ir de pasajero.
Y eso que nuestro conductor lo intentó........
Algunas de las piedras que puse, fue pensando en nuestras hijas. |
La segunda parte fue más interesante, primero nos llevó a lo alto de una pequeña montaña, en la que podíamos ver kilómetros y kilómetros de desierto, en los que no hay nada de nada.
Aquí hicimos una montaña de piedras, en recuerdo de este momento.
Luego nos llevo a un lugar para buscar fósiles. ¡Había muchos!.
Yo, cogí algunos fósiles de caracolas y dos piedras que me parecieron muy bonitas.
Minas de Kohl
Ese pozo, no se veía el fondo. |
La siguiente parada estaba un poco más lejos, llegamos a un pueblo, daba la sensación de abandonado, muchas casas estaban derruidas.
No muy lejos se veían coches de "Turistas", ¡como no!.
Según nos fue explicando nuestro Guía, las minas fueron abiertas por los franceses y se extrae plomo y zinc.
También es muy importante el polvo de Kohl, que es usado por la mujeres árabes para perfilar los ojos.
En la actualidad se sigue extrayendo los minerales por los Marroquíes.
Hacía mucho calor, nuestro Guía, nos dijo que extremáramos el cuidado, que no saliéramos de los senderos, cada pozo de extracción del mineral podía tener una profundidad de 40 metros.
Los mineros nos dieron una pequeña piedra, de las que extrajeron. |
Mientras el grupo continuaba yo observaba a una persona como usaban una pequeña grúa por la que subía el mineral. Imagino que abajo en el pozo, Otros usarían el pico y la pala para extraer el mineral.
Mi cabeza, solo venía una idea, ¡Qué suerte vivir en el primer mundo!, aunque tengamos muchos problemas.........
Abandonamos la zona, Nuestro Guía, no recuerdo su nombre, decía que era la hora me comer.
Volvimos a los caminos, el desierto en esta zona es una planicie compuesta de piedra y tierra dura.
Emulando el París - Dákar. |
Al circular, daba igual ir por el camino que por cualquier otro sitio.
Esta parte los coches se dedicaban a adelantarse unos a otros, nos saludábamos...... fue un momento divertido.
En alguna ocasión se veían casas, muy alejadas unas de otras, nuestro Guía dijo que eran casas de los Nómadas del desierto.
Luego nos dijo, que circulábamos por un río subterráneo, que los Bereberes se asentaban en sitios que tuvieran fácil acceso al agua para ellos mismos y su ganado.
Casa Bereber. |
Llegamos a nuestra parada para comer, en la casa de una familia nómada Bereber, eran dos casas de adobe, una cocina y varias Jaimas.
Pudimos acceder al interior de las casas, el suelo era de tierra y en una de las paredes, se acumulaba la ropa y mantas, No había nada más.
Comimos en esta jaima. |
En la otra cabaña hacían la vida, había un fuego y una especie de telar en el que estas personas hacían sus labores.
Medio de transporte. |
Al parar los vehículos, rápidamente se acercaron los chiquillos a saludarnos. Pero la madre los llamó y sólo quedó uno, que parecía que tenía mucha curiosidad en los nuevos, aunque por lo que después descubrí, estaban muy acostumbrados a recibir turistas.
Dormitorio |
Los Bereberes, viven principalmente del ganado y ahora del turismo, el hombre de la casa tiene 3 mujeres y 7 niños en total, ahora estaba fuera, se marchó con su ganado y no sabían cuando volvería, aunque normalmente están una semana fuera de casa.
Cocina |
Las mujeres se dedican a la casa, en su tiempo libre a la elaboración de alfombras.
Salón de Costura |
Desde luego, tierras para cultivar no habían y animales como gallinas...... u otra variedad, tampoco.
Creo que era un horno, en el exterior |
Una de las mujeres, se nos acercó en un par de ocasiones, me pareció una mujer joven y guapa, en un primer momento se dedicó a quitar de en medio a todos los niños que nos rodeaban, todos muy obedientes, se marcharon rápido.
Luego nos trajo el Té, muy bueno.
El más pequeño de la foto, era nuestro campeón. |
Nosotros estábamos terminando de comer, alguien del grupo le dio una manzana al niño más simpático, el que no se separó de nosotros, el resto del grupo repetimos la acción. Rápidamente los otros niños regresaron y compartimos parte de los alimentos que seguramente no consumiríamos.
Después de un buen rato, observando su forma de vida. ¡Muy dura! desde mi punto de vista, me quedo con la expresión de los niños, con sus sonrisas y la de la mujer Bereber, con una expresión muy agradable.
Nuestra aventura en el desierto se acabo, y nos devolvieron a la mundanal civilización.
Puerta de Merzouga. |
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