sábado, 5 de mayo de 2018

Cuevas del Rodeo

Escultura y panorámica de la ciudad.




















Las cuevas del Rodeo en Rojales fue una grata sorpresa.
Y mira que he estado un montón de veces en esta ciudad.
La noche anterior  Loren, nos habló de su intención de ir  el domingo, junto a su familia.
Nos explicó que pensaba hacer la comida y pasar el día .

En el interior de las cuevas se pueden visitar y hay exposiciones.
También que hay actividades el primer domingo de cada mes: exposiciones de artesanía, pintura y como no probar la paella de "Carlota".
Suelen hacer música en directo, "Showcase", por lo que entendí, tu puedes ir con tu instrumento y tocar junto a otros músicos.
Recalcó que este fin de semana era el importante,  una vez al año, todas estas actividades duran 3 días.

Con toda la información nos acercamos a pasar la tarde.
Hacía una agradable tarde de primavera. La ruta de acceso está bien indicada desde la calle principal de Rojales.

Conforme nos acercábamos a las cuevas, se olía a fuego, es un olor que me agrada. Se escuchaba el ruido de la gente, parece que si había un buen ambiente.
Dimos un paseo por las diferentes cuevas. 
La que más nos gustó fue la de un pintor a lápiz, habían algunas láminas muy bonitas. Nos contó que llegó a España cuando el tenía 16 años, que estudió arquitectura y con la crisis tuvo que cambiar de negocio.
Había vivido en varios países, pero el sitio que más le gustaba era España.

Se oía música, parece que  todo estaba preparado para comenzar el espectáculo.
Primero llegaron los Payasos, estos hicieron juegos para que los niños participaran.
Luego comenzó una actuación pensada sobre todo para el público en General.


Por último una magnífica actuación de una banda de Jazz.
Dijeron llamarse "Roy hubbard Quintet".
El grupo estaba formado por un Inglés como vocalista, un Sueco que tocaba la trompeta, un Finlandés el bajo, uno de Cieza la batería y por último alguien que tocaba los teclados, pero no dijo su procedencia.
Escuchamos varias canciones, tocaban realmente bien.

El olor a fuego y comida, llegaba hasta donde estábamos, al final fui a comprar unos montaditos de pechuga y unas cervezas.
La velada terminó tarde.
Me gustó mucho.

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