Hacia tiempo que Ana quería una mascota, la primera vez que lo comentó fue porque una amiga suya, criaba "agapornis" y los padres habían tenido hijos y quería venderlos.
Me dijo que costaban 30 euros.
Le dije que me parecía muy bien, pero que yo prefería no tenerlos, porque al final siempre me tocaba a mi, cuidar de los animales.
Comencé a enumerar todos las mascotas que tuvimos........ no me dejó continuar.
Yo quiero un agapornis y lo cuidaré yo.
Bueno, si es así, me parece bien....... pero ¡yo no pienso cuidar de él!.
El agaporni tardaba en llegar, un día le pregunté por si había decidido no tenerlo. Contestó que si, que aún lo quería, pero algo había pasado, no me acuerdo.....
Al Tiempo, apareció con "Pichi", lo había comprado en una tienda normal de animales, a un señor, que se encarga de entre otros animales, criar Pichis.
Cuando lo ví, le pregunté, ¿No es demasiado pequeño?, contestó, muy decidida. ¡Que NO!, que ella quería un "Agaporni Papillero", igual que QUIN.
De esta forma, comenzó a criar a Pichi.
Se le da de comer 3 veces al día.
La base de la comida creo que es "harina de mijo, una jeringuilla, y un poco de agua, previamente calentada.
Los primeros día creo que le daba 5 cm de esa papilla y poco a poco se le va incrementando la cantidad hasta que de pronto se le deja de dar.
Muy Importante, cuando se esté preparando la comida, el pájaro tiene que estar viendo y escuchando como se elabora.
Ana es muy metódica y así lo hizo.
Al principio PICHI, no quería comer, pero Ana, con gran paciencia le abría el pico y le introducía la jeringuilla y poco a poco le daba la comida.
Mientras ella, hacia esa operación, me acordaba, de cuando ella era un BEBE, y no quería comer y la forma que encontré de alimentarla era con una jeringuilla.
Pero Pichi, no lloraba y Ana lo cogía del cuello, con mucha eficacia.
El tiempo pasaba y cada vez tenía mas plumas.
Lo divertido era la hora de comer. Ana preparaba su comida y Pichi, piaba, saltaba, se ponía nervioso. Me gustaba verlo, porque no dejaba a Ana tranquila.
Después de cada toma, volvía a su caja, en la que estaba calentito.
Poco a Poco, tenía más y más fuerzas, incluyo intentaba salir por su medios de la caja, hasta que llegó el día y salió. Desde ese día, tuvimos que cerrar la caja.
En la siguiente fase, Ana compró una jaula. La primera vez que se lo introdujo, Pichi, no sabía que sería su casa.
En la actualidad, ya es su casa, por las tardes abrimos la puerta para que vuele y vaya donde quiera.... parece que aún no tiene preferencia por nadie.
Simplemente vuela a todos los sitios, lo mejor es que le gusta estar con las personas, al final Ana tenía razón, lo mejor de tener un pájaro de mascota, es que no te tenga miedo y quiera estar con nosotros.
Pichi, desplumado. |
Me dijo que costaban 30 euros.
Le dije que me parecía muy bien, pero que yo prefería no tenerlos, porque al final siempre me tocaba a mi, cuidar de los animales.
Preparando la cena. |
Yo quiero un agapornis y lo cuidaré yo.
Bueno, si es así, me parece bien....... pero ¡yo no pienso cuidar de él!.
El agaporni tardaba en llegar, un día le pregunté por si había decidido no tenerlo. Contestó que si, que aún lo quería, pero algo había pasado, no me acuerdo.....
Dormir la siesta, después de cada comida. |
Al Tiempo, apareció con "Pichi", lo había comprado en una tienda normal de animales, a un señor, que se encarga de entre otros animales, criar Pichis.
Cuando lo ví, le pregunté, ¿No es demasiado pequeño?, contestó, muy decidida. ¡Que NO!, que ella quería un "Agaporni Papillero", igual que QUIN.
De esta forma, comenzó a criar a Pichi.
Se le da de comer 3 veces al día.
La base de la comida creo que es "harina de mijo, una jeringuilla, y un poco de agua, previamente calentada.
Los primeros día creo que le daba 5 cm de esa papilla y poco a poco se le va incrementando la cantidad hasta que de pronto se le deja de dar.
Muy Importante, cuando se esté preparando la comida, el pájaro tiene que estar viendo y escuchando como se elabora.
Ana es muy metódica y así lo hizo.
Al principio PICHI, no quería comer, pero Ana, con gran paciencia le abría el pico y le introducía la jeringuilla y poco a poco le daba la comida.
Mientras ella, hacia esa operación, me acordaba, de cuando ella era un BEBE, y no quería comer y la forma que encontré de alimentarla era con una jeringuilla.
Pero Pichi, no lloraba y Ana lo cogía del cuello, con mucha eficacia.
El tiempo pasaba y cada vez tenía mas plumas.
Lo divertido era la hora de comer. Ana preparaba su comida y Pichi, piaba, saltaba, se ponía nervioso. Me gustaba verlo, porque no dejaba a Ana tranquila.
Buscando el calorcito. |
Poco a Poco, tenía más y más fuerzas, incluyo intentaba salir por su medios de la caja, hasta que llegó el día y salió. Desde ese día, tuvimos que cerrar la caja.
Se nos hizo escapista |
En la actualidad, ya es su casa, por las tardes abrimos la puerta para que vuele y vaya donde quiera.... parece que aún no tiene preferencia por nadie.
El abuelo, también tiene un Pichi. |
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