El Mercado Medieval de Elche se celebra en el último fin de semana de Octubre y primera de Noviembre.
Fuimos el Sábado por la mañana . El día, soleado con una temperatura muy agradable.
Salimos un poco tarde.
Todos los puestos los ponen alrededor de la Iglesia de Santa María.
Es la zona más bonita, sobre todo, por el escenario.
Hay mucha gente que pasea por las calles.
Lo que más me gustan son los espectáculos que el Ayuntamiento ofrece.
La parte lúdica.
Los puestos, son los mismos de siempre, abundan los que venden, esencias, aceites para masajes, bisutería e incluso Videntes.
Hace años los " Hippis", vendían estas cosas, hoy se han transformado en "Tenderos Medievales".
Pero lo mejor, los puestos de comida, es una pena que sólo me dedicara a oler. Es lo malo de estar a " dieta permanente".
Pero pude disfrutar, del vendedor de chorizos, el de los quesos, los lomos, después pasamos a los dulces, gominolas gigantes, me pasé todo el tiempo segregando "jugos gástricos".
Es muy diferente caminar sólo con María José o con María José y alguna niña asociada.
En el primer caso, el paseo suele ser rápido.
María José sólo para en puestos de esencias y piedras.
En esta ocasión iba Ana, supuso que se pararon en todos los sitios, salvo en los de comida.
Unos actores llegaron a la plaza de la Iglesia, lo primero que hicieron fue acotar el espacio que usarían, con una cuerda, según decían en voz alta, "era el espacio mínimo necesario que su abogado les había dicho que el seguro de responsabilidad civil les cubría".
La actuación consistió principalmente en juegos marabares, contar historietas, chistes, interrelaciones con el público etc.
La representación duró aproximadamente 20 minutos.
Ya eran las 3 de la tarde, tenía hambre.
Le pregunté si alguna quería comer, Ana contestó que si, María José como casi siempre, no tenía muchas ganas de comer.
- Ana ¿Quieres que comamos "Pinchos Morunos"?.
-Sí, papa.
La verdad, que tenían una pinta magnífica.
El mio lo pedí con salsa picante y Ana, casi sin nada, sólo la carne.
Y para beber una cocacola.
El sabor coincidía con la vista, muy bueno.
Después de comer, volvimos a casa.
La mayoría de los comerciantes decidieron cerrar, imagino que estarían descansando un rato.
No hay que olvidar, que su jornada laboral es muy larga y aún tenían pendientes más días de Mercado medieval.
La Bella y la Bestia |
Salimos un poco tarde.
Todos los puestos los ponen alrededor de la Iglesia de Santa María.
Es la zona más bonita, sobre todo, por el escenario.
Hay mucha gente que pasea por las calles.
Lo que más me gustan son los espectáculos que el Ayuntamiento ofrece.
La parte lúdica.
Los puestos, son los mismos de siempre, abundan los que venden, esencias, aceites para masajes, bisutería e incluso Videntes.
Hace años los " Hippis", vendían estas cosas, hoy se han transformado en "Tenderos Medievales".
Mama, a mi me gustan todos. |
Pero lo mejor, los puestos de comida, es una pena que sólo me dedicara a oler. Es lo malo de estar a " dieta permanente".
Pero pude disfrutar, del vendedor de chorizos, el de los quesos, los lomos, después pasamos a los dulces, gominolas gigantes, me pasé todo el tiempo segregando "jugos gástricos".
Ves a Papá. |
Es muy diferente caminar sólo con María José o con María José y alguna niña asociada.
En el primer caso, el paseo suele ser rápido.
María José sólo para en puestos de esencias y piedras.
En esta ocasión iba Ana, supuso que se pararon en todos los sitios, salvo en los de comida.
Más difícil todavía. |
Unos actores llegaron a la plaza de la Iglesia, lo primero que hicieron fue acotar el espacio que usarían, con una cuerda, según decían en voz alta, "era el espacio mínimo necesario que su abogado les había dicho que el seguro de responsabilidad civil les cubría".
La actuación consistió principalmente en juegos marabares, contar historietas, chistes, interrelaciones con el público etc.
La representación duró aproximadamente 20 minutos.
Ya eran las 3 de la tarde, tenía hambre.
Le pregunté si alguna quería comer, Ana contestó que si, María José como casi siempre, no tenía muchas ganas de comer.
- Ana ¿Quieres que comamos "Pinchos Morunos"?.
-Sí, papa.
La verdad, que tenían una pinta magnífica.
El mio lo pedí con salsa picante y Ana, casi sin nada, sólo la carne.
Y para beber una cocacola.
El sabor coincidía con la vista, muy bueno.
Nos pedimos otro pincho. |
Después de comer, volvimos a casa.
La mayoría de los comerciantes decidieron cerrar, imagino que estarían descansando un rato.
No hay que olvidar, que su jornada laboral es muy larga y aún tenían pendientes más días de Mercado medieval.
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